La experiencia tántrica de la edad madura

Mar 8, 2023 | Aproximación al Tantra

Al sobrepasar los 60 años “se empiezan a perder las prisas por llegar a ningún lugar. Entras en una etapa en la que te apetece estar relajado, conectado, presente, disfrutando de lo que cada día te ofrece… y cuando el Tantra entra en tu vida, todos los actos del día a día tienen esa cualidad, incluida la sexualidad, donde lo que más te importa es estar compartiéndote y sintiéndote con el otro, donde el encuentro se convierte en una experiencia extática, donde el gozo te alcanza y las sensaciones orgásmicas duran y duran desde una profunda quietud llena de vida y movimiento”, así lo describen Áditi y Santi, una de las dos parejas mayores que han querido contar su experiencia. El sexo tántrico da una nueva perspectiva porque se puede entrar en estados de excitación que no tienen nada que ver con el orgasmo convencional. Descubrir en pareja este camino sensual es maravilloso, porque te une de una manera muy profunda.

 

Durante muchos años se ha pensado que la libido disminuía con la edad porque se reducía la potencia sexual de los hombres (por la disminución de la cantidad de esperma) y llegaba la menopausia en las mujeres. Pero las investigaciones médicas sobre el funcionamiento hormonal indican que el deseo sexual cambia, pero no disminuye, a lo largo de la vida. Con la edad, los niveles de testosterona descienden en los hombres, mientras que en las mujeres mayores el nivel relativo de testosterona (con relación a las demás hormonas) aumenta tras la menopausia. Por lo tanto, los hombres y mujeres se hacen más compatibles al envejecer, porque sus niveles hormonales no son tan dispares.

Un artículo publicado en 2006 por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc) señalaba que “el 60% de las personas mayores afirma tener relaciones sexuales con una frecuencia media de cuatro veces al mes”. En este estudio, realizado por médicos de familia de Cataluña, participaron 113 personas mayores de 65 años (50,4% varones), de las que el 85% afirmó tener pareja y un 66% declaró tener buena o muy buena relación con su pareja. La mayoría de los encuestados reconocía que sus relaciones sexuales sufren cambios a causa de la edad, pero aclaran que no son menos satisfactorias. Los encuestados manifestaron tener relaciones satisfactorias o muy satisfactorias en un 59,6%, en el caso de los varones, y en el 35,7%, en el de las mujeres.

Hay evidencia científicas para afirmar que una vida sexual activa con más de 60 años es sinónimo de un mayor nivel de salud física y mental

Jesús E. Rodríguez, director del Instituto Sexológico Murciano (ISM), en un artículo publicado en junio de 2021, en Cuídate Plus, explica que “tenemos evidencias científicas suficientes para afirmar que una vida sexual activa a estas edades es sinónimo de un mayor nivel de salud física y mental, y por tanto de una mayor calidad de vida en general”.

Feliciano Villar, miembro del Equipo de Liderazgo de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), en ese mismo artículo, explica que “están acreditados los beneficios de una vida sexual activa y satisfactoria en aspectos de tipo físico y, sobre todo, en aspectos de tipo psicológico (autoestima, satisfacción con la vida) y psicosocial (satisfacción con la vida en pareja)”.

Amplio repertorio de dar y recibir placer

Es importante tener en cuenta que la sexualidad es mucho más que tener relaciones sexuales con penetración. Hay un repertorio muy amplio de formas de dar y recibir placer y el Tantra es una magnífica opción para las personas de más de 60 años que no renuncian a seguir disfrutando del sexo. Hace unos meses, en el número 2 de esta revista, publicamos un artículo sobre la penetración superficial en el que se decía que no se requería de una erección previa. “El pene puede introducirse en la vagina sin necesidad de que esté erecto y además es algo que resulta especialmente deleitoso”. El pene, en respuesta directa al ambiente vaginal, logra la erección dentro de la vagina, con lo que se crea una energía sexual de una calidad completamente distinta de la que se logra con la penetración convencional (el lingam erecto). De este modo, se deja a un lado la preocupación por el asunto de la erección para centrar la atención en la experiencia directa del pene dentro de la vagina. Esto entraña un nivel de percepción mucho más sutil que requiere tranquilidad de mente y ausencia de ansiedad. Dejad que vuestros genitales, apoyados por vuestro estado de conciencia, actúen por su cuenta.

Áditi, con más de 60 años, explica que empezó en solitario en el camino del Tantra hace 12 años, y “me siento en la mejor etapa de mi vida. Ahora tengo una pareja con la que recorrer un camino de amor compartido, co-creando cada día una relación que no deja de crecer”.

Santi, pareja de Áditi, comenta que “aunque llevaba bastante tiempo en la senda del crecimiento personal, conocer el camino del Tantra hace 5 años me marcó no un punto de inflexión, sino un salto cuántico. Bajar al cuerpo, habitarlo, conectar con el latido de la vida, abrirme a sentir…. no es posible explicarlo a quién no lo ha experimentado. El mundo es el mismo, pero me doy cuenta de que yo ya no soy el mismo y de que he entrado en la mejor parte de mi existencia”.

Cuando te relacionas desde el corazón y la conexión, la edad no importa porque son dos seres que se fusionan, que crean intimidad, confianza y, desde ahí, todo es posible

Giulietta tiene 61 años y conoció el Tantra, en 2016, “por casualidad”. Nos cuenta que “era soltera y muy frustrada, insegura y herida por la separación de mi marido que me había traicionado con una mujer más joven. Esto me hirió profundamente en mi ser como mujer y alteró mucho mi autoestima. El Tantra me cambió la mirada al hombre, al amor y a la relación de pareja. Empezó un camino fantástico hacia la consciencia plena, la activación de mi energía sexual y mi sensualidad y de aceptación de mi feminidad divina. Hace 6 años empezó mi relación con Pep y estoy muy contenta y agradecida por todo lo que vivimos hasta ahora”. Pep tiene 70 años y tuvo su primer contacto con el tantra hace más de 10 años. “La combinación de sexualidad con espiritualidad y también misticismo la encontré fascinante».

¿Por qué una pareja que superan los 60 años debería probar tantra?

A Áditi le cuesta enfocarse en la edad. “Cuando te relacionas con amor desde el corazón y la conexión, la edad no importa porque son dos seres que se fusionan, que crean intimidad, confianza y, desde ahí, todo es posible, tengas la edad que tengas, tengas el estado físico que tengas…”.

Para Santi, la edad te permite vivir las cosas desde otro lugar. “Te liberas de cargas, sueltas lo que no quieres, dejas ir lo que no te conviene…. Y el Tantra me lleva a ese lugar, a ser y estar en el presente con conciencia, observando cómo me muevo, cómo bailo, cómo hago el amor…y me doy cuenta de que estoy más despierto y vivo que nunca”.

Giulietta comenta que, con los años, “todos pasamos por fases de cambios. Después de años en pareja, hay un cierto aburrimiento en la sexualidad. Al conocerse a fondo, la chispa de la pasión se pierde y la libido disminuye. Pero con el Tantra es posible otra mirada, porque el orgasmo no es el objetivo. La mirada tántrica da una nueva perspectiva para una sexualidad profunda, íntima por la confianza que existe, auténtica porque los dos saben lo que necesitan, lo que quieren, lo que les gusta. Es imprescindible hablar del sexo para evitar los malentendidos, la frustración, adivinar qué quiere el otro”.

Pep recomienda a las parejas de más de 60 años que conozcan el Tantra porque “la sexualidad de corazón es una sexualidad de cuerpo entero y de amor como energía, de complicidad, de libertad, de unirse intensamente y luego soltarse”.

La mirada tántrica da una nueva perspectiva para una sexualidad profunda

Áditi y Santi explican que “cuando llegas a la madurez, vas perdiendo las prisas por llegar a ningún lugar, entras en una etapa en la que te apetece estar relajado, conectado, presente, disfrutando de lo que cada día te ofrece, y cuando el Tantra entra en tu vida, todos los actos del día a día tienen esa cualidad, incluida la sexualidad, donde lo que más te importa es estar compartiéndote y sintiéndote con el otro, donde el encuentro se convierte en una experiencia extática, donde el gozo te alcanza y las sensaciones orgásmicas duran y duran desde una profunda quietud llena de vida y movimiento. Y después te inunda una plenitud que puede durarte días, haciendo crecer cada vez más el amor que sientes por ti, por la vida y por tu amado/a”.

Experiencia emocional, física y espiritual

Para Giulietta, “el sexo tántrico es una experiencia de muchos niveles: emocional, física y espiritual. El encuentro tántrico es largo, expansivo, amoroso, comunicativo, es dedicación al otro con todo lo que tengo, es una experiencia sensual total, es apertura a la experiencia, al gozo, al deseo, a lo que puede pasar sin planes y expectativas. Lo que surge, lo que quiere pasar, pasa. Si hay penetración ok. Si no hay, está ok también. Entiendo que para un hombre es muy difícil aceptar dejar a un lado el objetivo del orgasmo, pero si consigue dejar ir este recuerdo, no se arrepentirá. El sexo tántrico da una nueva perspectiva muy rica y gozosa a las parejas mayores, porque no está atada a una cierta manera de hacerlo. Se puede entrar en estados de excitación que no tienen nada que ver con el orgasmo convencional. Descubrir en pareja este camino sensual es una pasada, que los une de una manera muy profunda”. Pep explica que “la llegada del Tantra me ha abierto la mente, me ha desapegado de mi pareja y, a la vez, me ha unido más a ella”.

Sin objetivos ni metas, con total aceptación y rendidos a ese compartir de dos que se convierten en uno…

Áditi y Santi señalan que su relación de pareja nació desde el Tantra y no tiene nada que ver con una convencional. “Nos encontramos desde ese anhelo de fusión desde el corazón, conectando nuestras miradas, nuestros corazones, nuestros cuerpos sintientes donde la mente no interviene, donde las sensaciones internas se amplifican cuando simplemente nos quedamos ahí, sintiendo, siendo testigos de lo que acontece sin juicio, sin desear que sea de otra manera de la que es. Sin objetivos ni metas, con total aceptación y rendidos a ese compartir de dos que se convierten en uno…”.

Saborear la vida

Aunque el Tantra no tiene edad, Áditi y Santi comentan que en la edad madura “saboreas más la vida, la degustas con deleite, tomándote el tiempo que necesitas para recrearte en lo que deseas, y eso favorece la integración del sexo tántrico en tu vida, porque no tienes nada que demostrar, no tienes que competir con el/la que un día fuiste, ni compararte contigo mismo/a cuando eras más joven y tenías una sexualidad más convencional, más exigente, donde tenías que ser el/la mejor amante, tener muchos orgasmos, atentos a las necesidades de nuestro compañero/a… La vida y la sexualidad, van de la mano de tu evolución física, mental, emocional y espiritual. No encontramos una mejor manera de vivir el atardecer de nuestra vida”.

Giulietta piensa que “solo la perspectiva de tener una sexualidad enriquecedora hace que valga la pena el esfuerzo de realizar un cierto trabajo de reflexión, de diálogo con la pareja, de cambio de paradigma, de establecer nuevos hábitos. Esto cuesta tiempo, energía y puede requerir dinero (talleres, coach sexual, libros, etc.). Es una pena que, por desconocimiento, muy pocas parejas de muchos años no quieran hacer de su sexualidad un tema central. Una sexualidad vivida conscientemente es un motor de vida imbatible, muy valioso y motivador. La energía sexual es activa a todas las edades y puede ser activada siempre. Es una pena pensar que tanta gente ha dejado de ejercer la cosa más bonita del mundo”.

Una sexualidad vivida conscientemente es un motor de vida imbatible, muy valioso y motivador

Pep explica que con el Tantra se siente “más responsable, con menos presión sexual y a la vez más abierto y cooperativo, me aporta una sensación de ‘provisionalidad’ que me hace estar muy atento a mi relación de pareja y esto me hace sentir muy vivo y activo. A las personas que no han experimentado el Tantra, les diría que no tengan miedo, que se acerquen sin expectativas y con el corazón abierto, que les ayudará a sanar asuntos pendientes de forma amorosa y si sale algo que duele, que piensen que detrás del dolor está el placer. En el fondo, tener más de 60 años puede incluso ser mejor porque hay menos hormonas que ‘controlar’. En mi caso, ha sido un enriquecimiento exponencial, sin lugar a dudas. No te pueden forzar a hacerlo, lo tienes que sentir y acercarte por tu propio pie. Entonces y solo entonces, si estás maduro/a y receptivo/a, harás un click”.

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