¿Qué diferencia al orgasmo de ‘valle’ del orgasmo de ‘pico’?

Feb 2, 2022 | Sexo Consciente

El Tantra promueve una forma diferente de orgasmo en el que no se persigue nada. Solo se promueve la relajación y la presencia en el ahora, para permitir que sea el pene y la vagina la que se muevan libremente, sin que la mente los dirija. De esa forma, entablan una comunicación y un intercambio de energía sexual que te transporta a un estado de éxtasis y de unión total con tu pareja.

Osho en ‘The Tantra Vision’ dice que “el orgasmo es un estado en el que el cuerpo ya no se siente como materia; vibra como energía, electricidad. Durante el orgasmo llegas a la capa más profunda de tu cuerpo, allí donde ya no eres materia, simplemente olas de energía ocurren, te conviertes en una energía danzante, vibrante. La vibración de dos que se convierten en uno, es orgásmica”.

Vibrando como una unidad, el latido de los corazones se aúna, ya no están separados, se convierten en una armonía

El orgasmo de ‘valle’ y el orgasmo de ‘pico’ son dos tipos de clímax. Denominamos orgasmo de ‘pico’ al habitual, en el que se tiene un objetivo: el orgasmo. En él, todos los movimientos que se realizan, tienen como fin llegar a la cúspide o ‘pico’ de la excitación a través de movimientos, mayoritariamente, de frotación cada vez más intensos. Una vez que la energía sexual llega a su ‘pico’ necesita descargarse y te liberas de ella. Entonces, se disipa la energía acumulada llevándote a la relajación o incluso a la somnolencia. Se puede decir que es un tranquilizante natural.

Sin embargo, el Tantra se centra en otro tipo de orgasmo, que llamamos de ‘valle’, porque en vez de llegar a la cúspide de la excitación te adentra en el valle de la relajación. Eso no significa que no exista excitación en este tipo de orgasmo, sino que la excitación no proviene de las cosas que haces, sino de la conexión que se produce entre la energía femenina y la energía masculina.

Polos emisores y polos receptores

El hombre y la mujer son complementarios, ambos tienen un polo emisor y un polo receptor. El polo emisor femenino son los pechos y el corazón, y el polo receptor es la vagina (yoni en sanscrito). El polo emisor del masculino es el pene (lingam en sanscrito) y el polo receptor es el pecho y el corazón. De tal forma que ambos cuerpos, cuando se unen, se acoplan con sus complementarios. Hay que tener en cuenta que los polos receptores de ambos se abren a través de sus polos emisores. Por eso, en la mujer es tan importante activar sus pechos, porque será la llave para abrir su yoni.

La mente solo puede estar en el futuro o en el pasado y amarse, solo puede suceder en el momento, en el presente

En el orgasmo de ‘pico’, la excitación va creciendo en intensidad y tú tienes que contribuir para que se intensifique hasta llegar a la cúspide. En el de ‘valle’, la excitación existe al comienzo y, una vez que el hombre ha entrado en la mujer, los amantes se relajan en un amoroso abrazo, porque no se precisa casi movimiento, y permiten que su lingam (pene) y yoni (vagina) que actúen libremente, sin que intervenga la mente y la necesidad de hacer nada. En el Tantra el protagonismo lo tiene mantenerse en estado de conciencia y en ‘presencia’ (en el presente, en el ahora) en ser consciente de todo lo que estás sintiendo. Para eso es recomendable mirarse a los ojos todo el tiempo. Eso hará que la energía sexual se mantenga, sin que llegue a desbordarse.

No obstante, cuando sientas que la energía se está perdiendo, que se pierde la erección, solo entonces, crea un poco de movimiento de carga y excitación y vuelve de nuevo a la relajación. De esa forma, ambos os vais fundiendo en profunda relajación y permitís que lingam y yoni reconozcan sus diferentes polaridades y se conecten y hagan los movimientos que deseen. Ese movimiento os hará desaparecer paulatinamente el uno en el otro en profunda relajación, convirtiéndoos en un solo cuerpo fusionado. Vibrando como una unidad, el latido de los corazones se aúna, ya no están separados, se convierten en una armonía.

Nadie puede buscar de forma activa un orgasmo de ‘valle’ porque no se trata de un ‘hacer’, sino de estar totalmente presente y permitir que la energía de los dos cuerpos se mueva libremente, sin tener una meta. Hay que estar abiertos a lo que pueda ocurrir, sea lo que sea. Se trata de imbuirte en el presente y en cada una de las sensaciones que te llegan en cada momento.

El tránsito hacia el orgasmo de ‘valle’

Tú decides si quieres probar otra forma de hacer el amor. Si es así, la actitud es la de no ir a buscar nada. No vayas pensando en que vas a alcanzar un orgasmo como el que conoces, porque eso te permitirá estar abierto a todo lo que pueda ocurrir. Diana Richardson, en su libro ‘Tantra. Amor y Sexo’ explica que antes de que suceda realmente el éxtasis del ‘valle’, al principio, sentirás que te falta algo porque no tendrás la excitación de ‘pico’ e incluso puede que no haya eyaculación. Pero después de unas semanas, empezarás a sentir el orgasmo de ‘valle’ porque cada una de tus células estará cargada. Cuando aparezca, te olvidarás del orgasmo de ‘pico’. Entonces, ninguna cúspide será lo suficientemente valiosa. “Tendrás que ser paciente, no lo fuerces, no lo controles, simplemente relájate. Deja de hacer de ello un objetivo. Simplemente está en el presente, no te proyectes al futuro, a conseguir una meta. La mente solo puede estar en el futuro o en el pasado y amarse, solo puede suceder en el momento, en el presente”.

Por lo general, los tocamientos suaves y considerados expanden

la energía corporal y os hacen más sensibles

“Hay que procurar estar atento a las reacciones de tu amada cuando la tocas o la acaricias. Al principio, evita aquellas partes de su anatomía que la excitan en demasía o intenta tocarlas, pero de forma diferente y céntrate en acariciar suavemente sus pechos. Una vez activados sus pechos puedes entrar a acariciar la vagina y el clítoris, pero es mejor tratarlos con suavidad y tacto y no de manera enérgica”, explica Richardson.

En su libro ‘Tantra. Amor y Sexo’ hace una serie de recomendaciones: “El clítoris, por ejemplo, es un órgano que se excita enormemente cuando es sometido a movimientos rápidos. Trátalo con mimo, descansando un dedo sobre él sin hacer absolutamente nada, sólo tocarlo. Si mueves el dedo, hazlo con lentitud. Otra cosa que puedes hacer es ahuecar la mano y posarla con delicadeza sobre el hueso púbico durante varios minutos. Envía energía y amor a través de tu mano. Tocar ligeramente el vello púbico, jugar o tirar de él con suavidad, puede ser una agradable forma de encender a tu pareja; como también lo es dar delicados golpecitos sobre el hueso púbico. Por lo general, los tocamientos suaves y considerados expanden la energía corporal y os hacen más sensibles; son unos excelentes combustibles para precalentar vuestro cuerpo. Por el contrario, los toques bruscos, aquellos que aportan presión y buscan resultados rápidos, lo único que consiguen es que el cuerpo, a modo de defensa, se encoja, se contraiga y se endurezca, es decir, se haga menos receptivo”.

Haciendo espacio a la energía sexual

Eso no significa que tengas que controlar la excitación. Explica que “eso sería contradictorio. Si la controlas, crearás doble excitación. Simplemente relájate. Haz espacio para esa energía. Tómatelo como un juego. Durante el acto sexual siente el cuerpo, el tuyo y el de tu pareja. Siente la energía fluyendo en ti y en el otro. Únete a ella, húndete en ella. Sucederá. Al principio, los viejos hábitos persisten unos días, unas semanas, para algunos, unos años. Luego pasarán. No lo fuerces, solo sigue practicando. La liberación o catarsis sexual no tiene nada de malo, no deja de ser una cuestión biológica; pero, si permitimos que nos arrastre con ella, que nos domine, entonces nos olvidaremos del viaje del amor que la acompaña. El hecho de esforzarnos solamente en llegar a la cumbre hace que dejemos a un lado la cuestión de prolongar el coito”.

Mantened el estado de conciencia en los genitales y permitidles que mientras descansáis intercambien energía

Si sois capaces de notar el momento exacto en que sentís el deseo del orgasmo o la eyaculación podéis hacer dos cosas: podéis respirar profundamente durante 30 segundos, relajar las zonas tensionadas (mandíbulas, hombros, vientre, pies…) y realimentar todo el cuerpo con esa energía; O si la excitación os inunda y seguís adelante, hacedlo de la manera más consciente posible. “Es bueno que comuniquéis a vuestra compañera el momento exacto en que os vais a correr porque así se concentrará la atención en el proceso. Miradla a los ojos. Hacedla partícipe de vuestra energía a través de los ojos. Relajad las nalgas y los músculos de la base del pene; ralentizar el movimiento e incluso tratad de estar completamente quietos. Así se alargará el proceso. No separaros, permaneced juntos acostados y abrazados; el pene dentro de la vagina. Mantened el estado de conciencia en los genitales y permitidles que mientras descansáis intercambien energía”, aconseja Diana Richardson

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