Es de sobra conocido que el orgasmo masculino está ligado a la contracción, a la fricción y, finalmente, a la eyaculación. Pero ¿y si existen otras formas de orgasmos expansivos llenos de placer, desconocidos para la mayoría de hombres, que están al alcance de quienes los quieran descubrir? En este reportaje, ocho hombres (con formación en Tantra y sin ella) nos cuentan su experiencia y nos abren la puerta a un tipo de orgasmo pleno, en el que se incluye todo el cuerpo.
Es importante dejar claro que no se trata de demonizar la eyaculación masculina, sino de dar a conocer otros tipos de orgasmos que van unidos a otra forma de intimidad sexual, lejos de las enseñanzas recibidas por el porno comercial. Hari Dass, fundador y maestro en la escuela Tantra y Amor Consciente, deja claro que “el orgasmo y la eyaculación son dos cosas diferentes. Ya ha sido reconocido por la sexología. Un hombre puede tener una eyaculación sin orgasmo y también un orgasmo sin eyaculación. Muchos hombres lo han experimentado. Tanto el Tantra como el Tao lo enseñan desde hace miles de años”.
Esteva, miembro de la escuela Daya, explica que “para las personas que solo conocen lo habitual, el orgasmo es una explosión de intensidad, una descarga y no asocian el orgasmo a otras sensaciones corporales. De hecho, cuando se entra en éxtasis, no se llega desde un orgasmo explosivo, sino con la energía que baila dentro del cuerpo en forma de olas, que permiten sentir placer durante mucho rato. Allí no hay eyaculación y sí un orgasmo que dura y dura, mucho más suave comparado con el orgasmo conocido, pero que te va llenando, llenando hasta un punto que no hay comparación con lo conocido”.
Para Miguel (Corazón tántrico), facilitador de tantra y sexualidad consciente, “si en lugar de concentrar la energía en los genitales, extendemos el placer por todo el cuerpo, la capacidad de experimentar placer es muchísimo mayor. No es necesaria la eyaculación. El orgasmo y las sensaciones que se pueden alcanzar son más duraderas y los efectos más revitalizantes”.
Hacia el orgasmo de valle
En tantra, se diferencia entre el ‘orgasmo de pico’, el tradicional, en donde hay eyaculación; y el ‘orgasmo del valle’ en donde separamos el placer de la eyaculación (ver la revista nº 1). Ravi Inderpal, profesor de Filosofía, Yoga Kundalini y Tantra, habla de que “en el orgasmo de valle, en lugar de contraer el cuerpo, lo vamos relajando, respiramos profundo, dejamos que se mueva acompasado por la respiración, que se vaya abriendo poco a poco. De esa forma, estamos creando espacio para que la energía empiece a moverse libremente. Ahí es donde sucede el orgasmo. Puede ser muy intenso y sobrecogedor o puede ser muy sutil y vibrante, pero para nada va acompañado de eyaculación, ni tampoco es algo que se ciña a los genitales, sino a una experiencia que involucra a todo tu cuerpo, a todo tu ser”.
Eduardo Otero del Pozo, ingeniero mecánico, osteópata, terapeuta y facilitador tántrico, añade que “con cada onda orgásmica que transitas sin eyacular, el placer que se experimenta va en aumento, hasta llegar a un punto en el que el placer en cada instante es similar en intensidad al ‘orgasmo de pico’ (que experimentamos en la eyaculación). Con la respiración puedes ‘congelar’ (por así decirlo) la sensación orgásmica sin que se produzca la eyaculación. De esta forma, se abre la experiencia sexual y se convierte en un compartir con la otra persona -o contigo mismo en la masturbación- en el que el clímax no quiere decir el final. Prolongando la relación sexual, tanto como se desee”.
Según Octavio, con formación en tantra, “la no eyaculación es un medio para poder descubrir y disfrutar de una nueva manera de hacer el amor. Como hombre, dar a tu pareja la posibilidad de que ella explore todo lo que necesite, con todos los matices, variaciones de intensidad e imprevisibilidad de lo femenino. Te hace descubrir niveles de placer que, sencillamente, la mente no alcanza a imaginar. Hacer el amor, con presencia, sin objetivos, sin metas, sin una forma predeterminada, es abrirse a otra dimensión”. En su opinión, “la barrera que tenemos es mental. El sistema no nos ha enseñado de lo que somos capaces. Nos ha mostrado algo que nos limita y agota. La verdadera libertad se descubre al hacer el amor sin guion ni expectativas. Eso te abre a sentir unos niveles de placer muy superiores a los que conocemos”.
Jordi Gatell, facilitador de Tantra y terapeuta manual, insiste en que “se pude tener mucho placer sin necesidad de expulsar semen. Es importante no tener ningún objetivo, llegar al orgasmo, correr hacia un lugar. Esto lo sustituimos por la relajación y la escucha de las sensaciones del cuerpo. El tantra propone relajar el cuerpo, los genitales, el diafragma (con el que respiramos) y la columna vertebral, poniendo la atención en permitir que la energía vaya hacia arriba, hacia el pecho y el corazón, en lugar de centrarnos en acumularla en los genitales. Así, toda la energía orgásmica que se va creando la podemos expandir por el cuerpo y llenarnos de gozo y placer. Es decir, que toda la energía que acumulas para poder tener un orgasmo hacia fuera, la absorbes para que la sensación vaya hacia dentro, llenando el cuerpo en lugar de vaciarlo”.
Si la eyaculación es satisfactoria ¿por qué probar otra cosa?
Muchos hombres pueden dudar de la necesidad de probar la no eyaculación cuando sienten mucho placer en la eyaculación. Una razón, puede ser el abrirse a explorar caminos diferentes. Solo así “podemos llegar a lugares donde nunca habíamos estado. Donde el placer no tiene fin”, señala Miguel.
Para Ravi Inderpal, la no eyaculación produce “un cambio significativo en la forma de experimentar las relaciones sexuales y la intimidad. La eyaculación, en la mayoría de los hombres, es un acto reflejo controlado por el sistema nervioso parasimpático. Sin embargo, esto se puede entrenar para que se convierta en un acto voluntario. Cuando decides voluntariamente si eyaculas o no, te empiezas a hacer cargo de tu energía. De esta forma, si optas por hacerlo puede convertirse en una ofrenda a tu pareja o tu amante. En ciertas ocasiones, tal vez, necesitarás eyacular para soltar tensión. De cualquier manera, es cualitativamente diferente cuando deja de ser un acto reflejo y se convierte en algo voluntario. Estás tomando consciencia de tu energía y haciéndote cargo de ella”.
Por su parte, Hari Dass, comenta que “la no eyaculación tiene múltiples beneficios, a nivel sexual, físico, emocional y espiritual. Cuando un hombre eyacula expulsa de su cuerpo las sustancias químicas que contiene el bindu (semen, en sánscrito) que son: testosterona, zinc, vitamina C y muchos otros nutrientes. Esto perjudica la salud en general y la energía en particular, que también es muy importante para la salud. Desde la visión tántrica, cuando un hombre eyacula pierde Oyas, que es una energía sutil muy importante que se acumula mucho en el bindu (semen) y que es fundamental para la meditación y el despertar de Kundalini. Si el hombre eyacula con frecuencia, es muy difícil avanzar en el camino tántrico a nivel meditativo y energético”. Jordi Gatell añade que “en la sexualidad sin eyaculación, hay más placer, más prolongado y te llena de energía en lugar de descargarte. Además, como mantienes la energía, los encuentros íntimos son más frecuentes”. Carlos, terapeuta, ingeniero y padre, explica que se alcanzan “mayores niveles de conexión, con la pareja y con uno mismo. Al no eyacular puedes conservar, e incluso aumentar la energía, lo que permite explorar otros lugares del encuentro amoroso. Puedes llegar a niveles más altos e intensos de excitación”.
Si en lugar de concentrar la energía en los genitales, extendemos el placer por todo el cuerpo, la capacidad de experimentar placer es muchísimo mayor
Para Octavio, el sexo sin eyaculación “es la puerta a otra dimensión de la sexualidad que yo desconocía y la inmensa mayoría de hombres que conozco también. Una sexualidad más satisfactoria, plena, que te da la libertad de no tener que seguir un guion limitado, lleno de expectativas y ansiedades y descubrir lo que la vida misma nos puede proporcionar a nosotros y a nuestra pareja. Te sentirás con más energía en cada aspecto de tu vida. Vas a descubrir una mayor consciencia sobre tu propia erección, que el pene no tiene que estar siempre duro como una piedra y que hay niveles sutiles de dureza que están directamente conectados con tu presencia, que son extremamente placenteros”.
Dolor testicular
Es posible que, al principio, si no se sabe mover la energía sexual por todo el cuerpo, esta se concentre en los genitales y se llegue a sentir dolor de testículos. Octavio comparte que “muchos no somos capaces de controlar los músculos que retienen los esfínteres que permiten bloquear la eyaculación. Hay que entrenarlos, ganar consciencia y fuerza. Una vez vas desarrollando este aspecto más físico, se necesita trabajar la energía y hacerla mover, a través de la respiración, por los chakras. Cuando estamos ansiosos, expectantes, ante la posibilidad de hacer el amor, esto puede hacer que perdamos la presencia, y eso nos lleva a no respirar y bloquear la energía, entonces el dolor de testículos te trae a la realidad de una manera contundente. El dolor en realidad te ayuda a percibir que necesitas ganar presencia y capacidad de mantener la energía fluyendo, siempre llevándola al corazón”.
También está la parte psicológica, explica Jordi Gatell, “la mente puede sentir que no está pasando nada y que, al no tener la eyaculación, falta el colofón final y, por lo tanto, no es satisfactorio. Esto es una parte del camino que hay que transitar poniendo mucha presencia, amor y confianza. Al final ¡vale la pena y mucho! Al acumular la energía en lugar de expulsarla, esta busca espacio para extenderse. Si no hay espacio empuja para abrir camino y es cuando aparece dolor e incomodidad en los genitales. Ese dolor lo entiendo como un proceso de sanción que está haciendo el cuerpo. Cuando el organismo tiene espacio y más capacidad de absorción y circulación de energía, el dolor desaparece. Para solucionarlo, lo mejor es un masaje en los testículos, perineo, ingles y monte de venus con la intención de estirar y abrir espacio. Y si ves que estás sufriendo mucho, pues eyacula y ¡disfruta mucho del orgasmo!”. Otro consejo que aporta Hari Dass es “aplicar agua caliente a nivel genital y testicular”.
La no eyaculación no es un objetivo
Todos los participantes en este reportaje tienen claro que no consiste en tener como objetivo la no eyaculación, sino que al cambiar la forma en la que haces el amor, te lleva a no eyacular. Para Esteva, hacer el amor es “un juego de investigación, de curiosear, de ver qué está pasando en todo momento en mí y en la otra persona, cómo esa caricia puede hacer sentir placer, cómo el placer que siente la otra persona me hace vibrar, cómo permitir que me toquen, que me deseen y qué se mueve en mi interior. Cómo puedo sentir mi energía moviéndose, cómo sentir la suya, cómo jugar con los ritmos, cómo parar de golpe y solo respirar, cómo salir de la mente, y que sean los cuerpos los que se comunican”. Entonces, “no eyacular no es un objetivo, simplemente te olvidas de que es algo que debe suceder”, comenta Miguel.
Eduardo Otero del Pozo señala que “se tiene relaciones en las que controlas tu ‘ola de placer’, estás presente en ti y con la otra persona. El placer va en aumento conforme sube la energía y no se eyacula. Al final, puedo experimentar una gran sensación de saciedad sin haber eyaculado y, además, me noto cargado de energía. Una energía incomparable, luminosa, creativa. Y también disfruto de eyacular, por supuesto. Si eyaculo, se convierte en una entrega, un rendirme y entregarme a mi amante. Una vez que conectas con el sexo como natural, creativo, poderosos y sagrado, empiezas a experimentar una nueva sexualidad más energética, no únicamente física. Y desde ese sexo ‘más real’ tú eres tu maestro manejando tu energía. Hay un placer inmenso en la eyaculación y la experiencia post-eyaculación. Pero también lo hay en la no eyaculación y mantener en ti toda esa energía. De hecho, desaparece la pregunta de eyacular o no eyacular”.
La verdadera libertad se descubre al hacer el amor sin expectativas. Eso te abre a unos niveles de placer muy superiores a los que conocemos
Para Ravi Inderpal “todas las técnicas y esfuerzos para controlar la eyaculación, poco a poco, van pasando de forma natural a un segundo plano. Cuanto más presente estás haciendo el amor con una persona a la que amas, más te olvidas de todas las técnicas y, en muchas ocasiones, el sexo se empieza a convertir en una forma de meditación”.
Hari Dass añade que “la no eyaculación no es un objetivo en sí mismo, es una herramienta espiritual para el despertar de la energía Kundalini y de la consciencia que, como efecto secundario, te permite disfrutar más de la vida y mejorar tus relaciones sentimentales. Los orgasmos más potentes suelen ser no eyaculatorios. Puede ser 10 veces más potente que uno eyaculatorio. Puedes tener múltiples orgasmos no eyaculatorios sin la depresión energética que suelen tener los hombres después de eyacular. Animo a todos los hombres a experimentarlo, algunos lo consiguen con facilidad y otros necesitan mucho tiempo, pero siempre hay un aprendizaje satisfactorio que te llevará a poner más consciencia al acto sexual, a tus relaciones y a tu camino tántrico”.
Magnetismo natural entre yoni y lingam
Octavio explica que “al no eyacular, se te abre una ventana de posibilidades mucho más amplia. El magnetismo natural que existe entre la yoni (vagina) y el lingam (pene), los movimientos que de ahí se derivan, son espectaculares. Te llevan a un nivel de sensaciones que no tienen nada que ver a lo que estamos acostumbrados. Quizás sea difícil de creer, pero es así. Proporciona mucho placer y tiene la propiedad de satisfacer y llenarte. Enfocando la presencia, mueves la energía y el orgasmo puede venir en olas, si no eyaculas. Estas olas pueden durar lo que nuestros cuerpos permitan”.
Los orgasmos más potentes suelen ser no eyaculatorios. Hasta 10 veces más potente que uno eyaculatorio
Para Jordi Gatell, las dos formas de orgasmo, con o sin eyaculación, “pueden ser muy placenteras, con gran cantidad de sensación orgásmica. La diferencia está en que cuando eyaculas hay tensión en el cuerpo, exigencia y te descargas. Es un orgasmo más tenso y de alto voltaje. Acumulas estrés muscular para soltar de golpe y gozar mucho y poco tiempo. En cambio, cuando no pones intención de eyacular das tiempo a que los cuerpos se vayan llenando a su ritmo. Al darles espacio y escucha, puedes sentir matices orgásmicos que si vas con un objetivo te saltas y estos matices marcan la diferencia porque son sensaciones de unión contigo mismo y con tu pareja. Se da espacio a la dulzura orgásmica, que es una sensación muy reconfortante, o a lo que el cuerpo te quiera mostrar en ese encuentro. Cuando te vas llenando de energía paso a paso, sin prisa ni meta, y esta llega a los centros superiores (corazón) a través del sistema nervioso y columna vertebral, el orgasmo es muy potente, pero sin tensión. Una sensación de expansión recorre el organismo donde puedes encontrar paz, reconocimiento y mucho amor, a la vez que es muy placentero desde el punto de vista de placer sexual. Y mucho, ¡pero mucho, mucho más largo!”. Carlos apuntilla que “al no eyacular, se pueden vivenciar varios orgasmos y, cada vez, más intensos. Para mí, lo importante es que la eyaculación no te domine, sino que tengas la capacidad de decidir cuándo quieres o no eyacular. Animo a que los hombres se aventuren a explorar el tantra, la quietud, la respiración, la mirada, a ver la sexualidad como algo nutritivo y natural, a soltar las expectativas y celebrar lo que suceda, a vivir la sexualidad como una expresión de amor”.
¿Como vive la mujer la no eyaculación del hombre?
La realidad es que ni las mujeres ni los hombres hemos recibido educación sexual, y mucho menos, tántrica. Lo que experimente la mujer dependerá de lo que esté buscando en esa relación, de sus patrones, heridas y condicionamientos sociales aprendidos y del grado de intimidad y confianza que exista en la pareja. Por eso, es tan importante que ella esté informada de lo que hace el hombre y por qué lo haces. De lo contrario, se puede sentir frustrada, pensar que no gusta al hombre, o que no le hace disfrutar. No hay que olvidar que las mujeres convencionales están programadas para buscar la eyaculación del hombre.
Cuando la relación es profunda “la mujer lo recibe como un regalo. Hace que confíe mucho más en el hombre. Se puede relajar y dejarse llevar sin que se le active ningún miedo, lo que no es tan fácil cuando está con un hombre en quien no confía. Es muy placentero para los dos”, señala Ravi Inderpal. Carlos incide en que “los orgasmos pueden ser repetidos y más intensos, por lo cual, a nivel de placer, en la pareja hay una mejora”.
En busca de la experiencia…
Todos los hombres que han participado en el reportaje, han querido compartir qué los llevó a querer experimentar la no eyaculación y cómo lo han conseguido:
Carlos: “El libro ‘El hombre multiorgásmico’ me he permitido el aprendizaje con relajación. Estoy abierto a todos los fallos del aprendizaje, con mucho permiso y respeto. Tengo la sensación de que hay mucho más por explorar”.
Eduardo: “Fue algo bastante espontáneo. Cuando conocí el tantra e introduje la respiración y la meditación en el sexo, empecé a experimentar mucho más placer. No hubo que ‘hacer’ mucho más que eso: respirar y estar presente”.
Esteva: “Pasé mucho tiempo sin eyacular por un desengaño con la vida. Tras ese periodo, y ya con ganas de disfrutar, me dejé llevar por las historias y mitos sobre la no eyaculación. Sin entender qué hacía, decidí pasar largos periodos sin eyacular. Hasta 6 meses estuve una vez. En ese tiempo, me dedique a investigar el efecto de la respiración en mi cuerpo y en mis genitales. Ahora, cuando me apetece eyacular, lo hago, ya sea solo o con alguien. Y en el sexo, he abandonado el objetivo de ese orgasmo, y prefiero el juego, el aprender sobre mí y sobre la otra persona (eso no quita que mi ego sigue estando allí y que, a veces, siento miedo de correrme antes de tiempo, y eso me hace entrar en fase de control respiratorio y de los ritmos). Yo no tengo el control sobre mi eyaculación”.
Hari Dass: “Hay múltiples métodos para conseguirlo. Personalmente, lo que más me ha ayudado es La Vía del Valle. Pero existen muchos otros métodos que también me han ayudado como Mula Bandha, Vajroli Mudra, Uddiyana Bandha, Khechari Mudra, Yoni Nadi, Bhuta Shuddhi, masaje del punto sagrado, las 4 llaves y el Aushadhi”.
Jordi Gatell: “El proceso comenzó por amor. Me enamoré de alguien muy metida en este camino y ella me enseñó. El camino fue difícil. Viniendo de una sexualidad basada en la pornografía y el roce de los genitales, a la que estaba totalmente enganchado, comenzar a ‘sentir’ en lugar de ‘hacer’, era contrario a lo que conocía, creía y estaba adiestrado. Fue empezar de cero, en algo que estaba convencido que ya dominaba. Lo primero, fue desprogramarme, cambiar el software de mi cerebro. Lo segundo, abrir el cuerpo a emociones que llevaban ahí largo tiempo. Por último, darme cuenta que lo que estaba buscando ya estaba en el cuerpo y solo (que suena fácil, pero no lo fue) había que reconocerlo y darle amplitud. Recuerdo que la primera vez que reconocí gozo expandido por todo el cuerpo fue dando un masaje, con el contacto de mis manos sobre el cuerpo de mi amada, practicando un sutra del ‘Vigyan Bhairav Tantra’ que te invita a convertirte en la caricia: tocar a la vez que eres tocado. Como puedes ver, un lugar muy alejado de los genitales”.
Miguel: “Las ganas de disfrutar cada instante, detenerme en cada recoveco, dejar de buscar nada fue lo que me llevo a probar la no eyaculación. Ocurrió de forma natural cuando abrí mi cuerpo al placer de cada caricia, al aprender a respirar y relajarme en el placer, al querer detener el tiempo en cada instante de placer, porque en él ya lo había todo”.
Octavio: “Tenía 30 años cuando empecé (ahora tengo 65) porque quería descubrir más, explorar mis capacidades y limitaciones. En aquella época conocí el trabajo de Manta Chia y eso me abrió los ojos. Con el tiempo, he encontrado maestros, como Astiko y Barry Long, que me han permitido avanzar en mi búsqueda. La técnica en si no te lleva más allá. La clave de todo está en abrir el corazón”.
Ravi Inderpal: “En un primer momento utilizaba técnicas taoístas como la presión en el perineo o un punto entre las costillas. Pero creo que lo más efectivo es tomar conciencia de dónde está tu ‘punto de no retorno’ porque, para ello, debes estar presente en tu cuerpo. A medida que te familiarizas con él, es cuestión de alargar tu respiración y relajar en lugar de contraer. Al principio, de esta exploración tenía tendencia a contraer, como cuando te estás orinando y contraes para que no se te escape la orina, pero cuando lo hacía para parar la eyaculación lo que ocurría es que eyaculaba antes. A mí me ha ido mejor llevar a los genitales la respiración y relajar en lugar de contraer”.
Consejos para los que quieren experimentar la no eyaculación
- Empezar con trabajos de respiración para conectar y comenzar a recuperar la sensibilidad energética en el cuerpo.
- Olvidarse de los genitales y empezar a sentir desde otras partes del cuerpo.
- En la sexualidad, no es necesario que haya una meta, un lugar al que llegar, para que sea satisfactoria.
- Es recomendable empezar a practicar a solas para ir conociendo poco a poco tu cuerpo: sus ritmos, tu punto de no retorno, etc. Llegar en repetidas ocasiones a ese punto y respirar ahí a la vez que relajas.
- Cuando practiques con una pareja, asegúrate que sea alguien de confianza para que no te sientas juzgado por ella. De no ser así, es probable que conectes con alguna herida de tu masculino. Si esto ocurre, sé muy amoroso y acógela.
- No perder la presencia. Si no estás presente pierdes la conexión con tu cuerpo y, probablemente, también con tu compañera.
- Hacerlo con amor y cariño. Ampliar la energía a la mirada, a la caricia. Que la energía de la penetración fluya por los cuerpos.
- Hay que tener paciencia. Si las cosas no salen como te gustaría o esperabas, no hay que juzgarse. Es un camino para disfrutar. Si se eyacula, no pasa nada, solo hay que seguir practicando.